La danza de vientre durante el embarazo es un modo de preparación oriental para el parto, donde las mujeres además de potenciar su feminidad se divierten mucho más que con los ejercicios tradicionales de preparación al parto. La mujer embarazada incrementa su auto-confianza tanto en su cuerpo como en sí misma.
Cómo funciona la danza del vientre durante el embarazo
En algunos países la danza del vientre se ofrece con una manera moderna de preparar para el parto. Para muchas mujeres que están embarazadas la idea de bailar con una barriga tan grande y con las piernas hinchadas, les resulta algo inusual pero es que la danza del vientre trabaja con un movimiento circular que puede ayudar a facilitar el parto.
La danza del vientre durante el embarazo no resulta adecuada para todas las futuras mamás ya que no todos los movimientos de este baile resultan apropiados en este estado.
La danza del vientre durante el embarazo no es tan solo una técnica de la danza, sino sobre todo del amor y de la alegría por el movimiento. Puede ser un buen complemento para las clases de parto tradicionales ya que muchas posiciones y movimientos coinciden con lo que se adoptan en la preparación tradicional al parto. Y es que no es tanto una cuestión de practicar una coreografía sino de aumentar la percepción del cuerpo.
Con este curso se aprende a conocer los movimientos elementales de la danza oriental, como la ondulación y la rotación de la pelvis y el balanceo de la cadera. Después se trabaja con otras participantes en los movimientos básicos y en las combinaciones para poder bailar individualmente.
¿Por qué realizar una clase de danza del vientre?
La danza del vientre durante el embarazo fortalece los músculos de la pelvis y de la espalda, músculos que se utilizan mucho en el embarazo y en el momento del parto. Con la danza del vientre se consigue que estos músculos se hagan mucho más flexibles.
Debido a la postura que se utiliza se trabaja la respiración así como que los pulmones estén libres por lo que se garantiza una oxigenación correcta tanto de la madre como del bebé. Además aprendiendo una correcta respiración se reduce el dolor del parto.
Con la mejora del rendimiento también se gana confianza en una misma, en las propias fuerzas y en las capacidades.
El movimiento de esta danza por otra parte, estimula el flujo de la sangre y la circulación por todo el cuerpo. Se reduce el estrés y aparece un efecto positivo en la vida emocional de quien lo practica, ya que se aprende a apreciar la forma del cuerpo femenino y a estar orgullosa de tu barriguita.
Las clases son adecuadas para mujeres que se encuentren embarazadas a partir de la semana número 18 siempre que no sea un embarazo de riesgo. Con cinco o diez calases, que se llevan a cabo en gimnasios, en escuelas de danza oriental o en algunos colegios o institutos, será suficiente para sentir los efectos positivos de este baile.