Los cereales son unos elementos fundamentales en la dieta de los niños ya que contienen múltiples nutrientes. Conoce los principales cereales que se suelen utilizar en la alimentación de los niños y las características más importantes de cada uno de ellos.
Cereales in gluten
El arroz. Es el cereal que proporciona mayor cantidad de almidón y en la forma que más fácilmente se puede digerir. También es una fuente importante de proteínas y de energía, aunque las primeras no tienen un alto valor nutritivo por lo que se debe incrementar su consumo tomando arroz con legumbre, con carne, con pescado o con queso. Este cereal también aporta cantidades importantes de potasio y de fósforo muy útiles para luchar contra la fatiga además de ejercer una acción astringente por lo que es empleado en el tratamiento de la diarrea.
El arroz puede ofrecerse al bebé al principio del destete en forma de harina, de copos, de sémolas o de leche de arroz ya que no suele provocar intolerancia o reacciones alérgicas. Más adelante se le podrá dar en grano.
El maíz. Este cereal tampoco contiene gluten por lo que también es ideal para las primeras papillas del pequeño. Es una importante fuente de carbohidratos y aporta vitaminas del grupo B y carotenos, por lo que es perfecto para consumir en verano. También tiene importantes propiedades diuréticas y es un laxante natural. También ayuda a combatir las tensiones y el nerviosismo.
Se le puede ofrecer al niño a partir de los cuatro o seis meses en forma de papillas de harina, de copos o de sémolas. Las papillas de maíz tienen un sabor dulce y una textura muy suave por lo que son muy bien aceptadas por los pequeños. El maíz también es apto para niños celíacos al no contener gluten.
Cereales con gluten
Avena. Éste es el cereal más calórico y energético por lo que resulta ideal para los meses más fríos así como para los niños más moviditos. Sus hidratos de carbono son asimilados muy fácilmente y absorbidos con lentitud proporcionando así energía durante muchas horas después de haber sido consumidos. La avena también aporta vitamina B y minerales en grandes cantidades, como por ejemplo fósforo, magnesio y calcio, además de ser rica en fibra por lo que tiene un efecto laxante. Contribuye asimismo a regular los niveles de colesterol y del azúcar en la sangre. .
Se debe introducir en la dieta del niño a partir de los seis meses en papillas combinadas normalmente con otros cereales. También se puede consumir en forma de copos, de purés o de sopas así como en leche, que resulta muy nutritiva para los más pequeños.
El trigo. Es un cereal muy proteico que aporta energía de larga duración. La parte más exterior de su semilla, el salvado, es muy rico en fibra no digerible que favorece el correcto funcionamiento del intestino. Es rico en minerales y en vitaminas del grupo B. El germen de trigo, es decir, el corazón de la planta, resulta muy nutritivo al contener vitaminas A, B, E y K, además de magnesio, hierro y fósforo.
Se puede dar al pequeño en forma de papillas, de copos, de sémola, de galletas o de pan a partir de los seis meses, como el resto de los cereales que contienen gluten.