Casi ningún niño puede resistirse a tocar, oler e incluso probar el agua, convirtiéndose en un instrumento para sus juegos que le ayudará a desarrollarse. Descubre algunos juegos que podrás practicar con ellos.
Burbujas gigantes
Este juego podremos realizarlo con niños mayores de dos años y para ello necesitamos jabón en polvo, una botella de plástico y una palangana.
Mezclamos seis cucharadas del jabón o detergente en polvo del que utilizamos para lavar la ropa normalmente por ejemplo, con seis vasos de agua caliente para dejar reposar esta mezcla durante dos días.
Cuando hay pasado este tiempo, cortamos una botella de plástico de 500 mililitros o de un litro por la mitad, dependiendo del tamaño que queramos con el que salgan las burbujas y conservamos solamente la parte superior de dicha botella. La sumergimos en la mezcla de jabón y de agua, sujetándola bien por el cuello, la elevamos y soplamos. Enseñamos a nuestro hijo a hacerlas y así podremos jugar a ver quien consigue las burbujas más gigantescas.
El objetivo de este juego es una ejecución correcta de instrucciones, un control de la respiración y concentración.
Un mundo marino
Este juego puede llevarse a cabo con niños a partir de los dos años y medio de edad. En este caso necesitamos un recipiente transparente, tiras de papel de seda de color azul y objetos de diferentes formas y colores.
Colocamos sobre una mesa el recipiente transparente con agua y los diferentes objetos que hayamos encontrados y que intentaremos que recuerden al mundo marino como por ejemplo barquitos de plástico, conchas o pececitos de juguetes y otros distintos como muñecos, guantes de lana, coches, etc. Los pequeños tendrán que intentar reconocer las cosas que pertenecen al mundo del mar para introducirlas dentro del recipiente e intentar recrear el ambiente marino.
Después habrá que razonar juntos por ejemplo, las diferencias que existen entre el agua del recipiente y la del mar, siendo la primera apta para ser bebida mientras que la segunda es salada, etc..Después también se puede reproducir el color marítimo añadiendo las tiras del papel de seda que lograrán teñir el agua de azul.
El objetivo de este juego es desarrollar las habilidades cognitivas es decir la correspondencia existente entre los objetos de una misma categoría y la consiguiente clasificación y selección de éstos.
Cubitos de hielo
A este juego se puede comenzar a jugar a partir de los tres años y medio y necesitamos un frasco, una moneda y un recipiente de plástico.
Para demostrar a nuestros pequeños que el agua puede pasar de un estado líquido a un estado sólido, nada mejor que hacerlo de una manera que consiga divertirle. Para ello rellenamos con agua un recipiente de plástico y dejamos caer una moneda dentro para guardarlo en el congelador. Pasadas unas horas el niño podrá observar como el agua se ha convertido en hielo y ha atrapado a la moneda. También se puede sugerir al niño que intente sacarla espolvoreando por ejemplo un poco de sal o derritiendo con agua caliente el hielo. El objetivo de este juego es ir descubriendo la capacidad de transformación de este líquido.