Teniendo en cuenta que el principal objetivo de alguien que empieza a practicar cualquier tipo de deporte es que no lo abandone enseguida, se recomienda escoger la hora del día que menos interfiera en nuestros quehaceres diarios y en la que puedan surgirnos menos imprevistos. ¿Por qué elegir las primeras horas del día?
La hora más recomendable para hacer ejercicio es a primera hora de la mañana entre otras razones porque el metabolismo se pone en marcha muy temprano con lo que se comienza a quemar grasas desde primera hora del día. Además este proceso no dura sólo mientras se realiza el ejercicio sino que se prolonga durante las horas siguientes y como además durante el resto del día continuamos realizando actividades, el beneficio se multiplica. Por otra parte el ejercicio regula el apetito. Si hacemos ejercicio a primera hora el cuerpo nos pedirá un desayuno consistente con el que aportaremos al organismo los nutrientes que necesitará para afrontar el día sin necesidad de picar entre horas.
Además el ejercicio realizado por la mañana recarga nuestras pilas lo que nos resulta muy beneficioso a la hora de comenzar a realizar las actividades diarias ya que el organismo se encuentra más preparado tras el descanso nocturno para la actividad física, mientras que si elegimos las últimas horas del día, el cuerpo ya no se encontrará con las suficientes fuerzas para realizar una sesión de ejercicio. Es más, cuando nos acostumbramos a comenzar el día con un entrenamiento físico, nuestra biología se activa durante los últimos minutos de sueño, es decir, las hormonas empiezan a prepara el cuerpo para el ejercicio al que nos hemos habituado, regulando a su vez el ritmo cardíaco y la presión sanguínea para que nos cueste menos levantarnos.
Cómo alimentarse antes de practicar ejercicio y tipos de ejercicios aconsejables según la hora del día
Dependiendo del momento del día en que hayamos decidido hacer ejercicio necesitaremos conocer ciertas pautas relacionadas con la ingestión de los alimentos. Si hemos optado por realizarlo a primera hora de la mañana, antes de comenzar el ejercicio bastará con tomar un zumo de frutas y desayunar después, pero en caso de resultar imposible es aconsejable dejar pasar al menos media hora entre la ingesta y el momento de comenzar a ejercitarse. Si el ejercicio vamos a realizarlo al mediodía, hay que procurar comer antes de entrenar de igual manera que con el desayuno, pero si no puede ser, se deberá esperar de hora a hora y media después de haber consumido una comida ligera, para evitar sufrir un corte de digestión. La ventaja de realizar ejercicio por la noche es que tras él podemos darnos una relajante ducha para cenar sin prisas algo ligero, que nos hará dormir y descansar mucho mejor.
Deportes energéticos como la natación, las máquinas de cardio o el aerobic conviene que se practican a primera hora del día porque activan nuestro organismo mientras que el yoga o el tai chi contribuirán a liberar las tensiones acumuladas durante todo el día y ayudarnos a conciliar mejor el sueño, por lo que es recomendable practicarlos a última hora de la jornada.