A través de investigaciones y estudios realizados por la medicina tradicional como por las de tipo alternativas se ha llegado a descubrir la interconexión que existe entre cada una de las partes del cuerpo, siendo determinante la armonía entre todas ellas para lograr un bienestar físico y mental.
De allí que la reflexología es uno de los tratamientos más utilizados para lograr una armonización del cuerpo inclusive es utilizado hoy, luego del nacimiento del bebé ayudando a la mujer a lograr un bienestar físico y eliminar el estrés tan común en esta etapa.
La reflexología conocida también como terapia zonal, es una técnica natural que hace del cuerpo un mapa donde pueden verse reflejados los sistemas, órganos y glándulas y las zonas reflejas que los representan, como pies, manos, orejas, etc.
Esta terapia funda sus tratamientos y práctica en el efecto beneficioso sobre diferentes zonas del cuerpo que mejora la saluda en general.
Las más conocidas son la reflexología podal y la facial utilizadas ambas como técnicas de digitopresión, existiendo también reflexología de la mano, uñas, oídos y hasta de la piel.
Su antiguo origen remonta a la China de hace cinco mil años formando parte también de otras muchas culturas antiguas como la egipcia, siendo también practicada por pueblos como los mayas, incas y mapuches. Su llegada a Europa se produce en el siglo XVI y los estudios más modernos sobre ella comenzaron en el siglo XX con las publicaciones hechas por el doctor William Fitzgerald y de Eunice Ingham.
Estos dos científicos hicieron una división del cuerpo humano en diez zonas verticales partiendo desde la cabeza hasta la punta de los dedos de los pies y luego de la cabeza hasta la punta de los dedos de las manos.
Pudieron comprobar así que luego de ejercer una presión en diferentes puntos y en determinadas zonas del cuerpo los dolores de otras áreas solían aliviarse.
En una sesión de reflexología es fundamental llegar a un estado de relajación que permitirá que el terapeuta trabaje y lograr resultados positivos de forma casi inmediata, teniendo en cuenta que como mínimo deberá hacerse 3 sesiones de una duración de 50 minutos a unos 90 minutos como máximo.
Durante la sesión, el terapeuta realiza con el dedo pulgar y el índice una serie de presiones digitales, ejerciendo estímulos, movilizaciones y toques en puntos específicos siempre buscando las zonas reflejas de la parte del cuerpo sobre la que se esté realizando el tratamiento.
Ya en la reflexología facial y siempre siguiendo el mapa zonal del rostro se mejorar determinadas áreas del cuerpo como páncreas, vejiga e intestino delgado.
Este tipo de terapia debe ser siempre realizada por un experto en el tema ya que es necesario que conozca perfectamente las áreas y puntos exactos que deben presionarse en función de la patología que desea tratarse, no siendo aconsejable en personas que sufren de problemas como várices, lesiones en la piel o en el caso de embarazadas.
Sin embargo, los expertos en reflexología lo recomiendan con un tratamiento apto para después del parto ya que las repercusiones beneficiosas de esta técnica milenaria son tanto a nivel físico como psicológicas ya que mejora las defensas gracias a la activación de las funciones linfáticas, favoreciendo el funcionamiento del metabolismo y la eliminación de toxinas, potenciando el equilibrio de la energía.
El post parto suele ser para algunas mujeres una época de conflicto y depresión y la reflexología sirve para ayudar a aumentar la autoestima, regular los tiempos de sueño y de vigilia, además de relajar y eliminar las tensiones acumuladas.
Foto Vía: wiyama