En cunando aparecen los primeros dientes ya debe comenzarse con el ritual de la limpieza bucal ya que esta es la mejor forma de acostumbrar al niño a realizar una higiene bucal adecuada.
En un principio y cuando el niño aún no sabe cepillar sus dientes existen en el mercado implementos especiales que sirven para que los padres realicen la limpieza bucal del pequeño.
Cuando el niño ya puede comenzar solo a cepillarse los dientes es ideal elegir un cepillo de tamaño pequeño y de dientes con cerdas suaves y flexibles. Debe acostumbrarse al niño a cepillar sus dientes como mínimo tres veces por día por la mañana después del desayuno, luego de la comida y antes de acostarse por la noche.
Un cepillado adecuado debe durar dos minutos, con mayor énfasis sobre molares, ya que son los dientes más propensos a sufrir caries. Cada tres meses se cambiará el cepillo de dientes o antes si está desformado o demasiado gastado y ya no cumple bien su función.
Otra de las cosas importantes es comenzar con el uso del hilo dental ni bien los dos dientes adyacentes aparezcan. La mayoría de los niños no tienen la capacidad de cepillarse sus propios dientes antes de la edad de los seis años y por ello el ejemplo de los padres es fundamental para que el niño lo haga correctamente, tanto el cepillado como el paso del hilo bucal.
Con relación a los dentífricos, la mayoría de ellos se presentan con sabores que son agradables para los pequeños siendo además una forma de animarles a cepillarse diariamente. Siempre comprar dentífricos que sean apropiados para niños ya que existen algunos que son solo para adultos. La limpieza es fundamental sobre todo por la alimentación que los niños suelen comer durante el día.
Si ingieren azúcar las bacterias que se encuentran en la boca se mezclan con el azúcar y generan una sustancia ácida que provoca las caries, a menos que los dientes se cepillen adecuadamente. Evitar que los pequeños ingieran grandes cantidades de dulces es recomendable ya que contienen un elevado porcentaje de azúcar, siendo mejor optar por aquellos que en su etiqueta indican una pequeña cantidad de azúcar.
Lo mismo es aplicable a los refrescos, un tipo de bebida que tiene altas propiedades ácidas que cuando se mezclan con azúcar se potencias y agraden los dientes. Tanto el azúcar natural como el refinado si se consumen en cantidades elevadas causan caries, por ello es mejor sustituirlas por frutas, leche, pan, pasta que contienen azúcar pero en menor cantidad e insistir que luego de cada comida la limpieza de los dientes es fundamental.
Por otra parte, los niños necesitan comer alimentos de todo tipo y no es posible eliminarlos de la dieta porque tienen azúcares, por el contrario pueden preparase comidas y snacks saludables y con poco contenido de azúcar.
Algo que sí es posible es evitar dar a los niños alimentos que además de contener grandes cantidades de azúcar deban permanecer en su boca por mucho tiempo, siendo los más nocivos los caramelos y chicles sobre todo porque se pegan en los dientes y predisponen a sufrir caries.
Foto Vía: wellsphere