Los cambios en la vida de un niño representan desafíos que deben superar ya sea cuando comienzan la escuela, o cuando deben mudarse de barrio o ciudad. La llegada a ese nuevo ámbito requerirá de un proceso que en cada niño llevará un tiempo diferente.
Lo primero que el niño hace al llegar a un lugar nuevo para él es tratar de hacerlo propio para disfrutarlo y esto se da en todos los ámbitos desde aquellos cambios menores como la guardería, centro de educación infantil, escuela, barrio o ciudad, siendo siempre un proceso bastante complejo y que los padres deberán acompañar para hacerlo más sencillo.
En el caso más común es llevarlo a la guardería o el comienzo de la escuela, en ambos casos, el período inicial es fundamental ya que es allí donde el niño creará lazos de confianza y también de pertenencia, algo que lleva su tiempo y que es diferente en cada pequeño pero también lo es para cada familia, grupo y hasta para cada docente.
Lo recomendable es que durante este período de adaptación la familia vaya creando vínculos de confianza con el lugar, las personas que estarán a cargo del niño como una manera de transmitirle tranquilidad y confianza al pequeño siendo muy favorable para que el “despegue” del ámbito del hogar y los padres sea más tranquilo y para nada traumático.
La adaptación es por lo tanto un período que no puede tratarse de forma general sino que debe hacerse de manera individual ya que cada familia y cada niño son diferentes y siempre existirá un camino propio que llevará a la integración y autonomía que redundará en beneficios ya que se evitan situaciones de frustración, miedos y ansiedad.
Es posible facilitar ese período de adaptación y a pesar que no debe generalizarse existen algunas pautas que pueden seguirse como una guía, adaptándola a cada caso, siendo fundamental una buena comunicación en el ámbito familiar que deberá transmitirse tanto a través de palabras como de acciones.
Así por ejemplo, si se deja al niño en un lugar para jugar, ya sea un centro de juego, cumpleaños de un amiguito, etc y le dice que se quede tranquilo y que se buscará en un determinado tiempo el adulto debe transmitirle tranquilidad en su discurso como también con sus acciones, o sea no estar ansioso, algo que el pequeño percibe de inmediato.
En la mayoría de las escuelas y centros educativos los docentes trabajan con rutinas que serán las encargadas señalarle al niño que luego de una determinada actividad la jornada culmina y su madre o padre lo vendrán a buscar.
Si no es posible que los padres lleven y busquen al niño durante el período de adaptación de la escuela, lo más recomendable es que por lo menos sea siempre la misma persona.
En algunas instituciones durante los primeros días de adaptación el adulto debe permanecer en la sala como una forma que el pequeño se sienta seguro, pero siempre será el docente el encargado de indicarle al padre o madre donde se ubicará y que hacer durante su permanencia en el lugar, que por lo general no será participativa ya que el niño podrá dedicarse a prestar atención a los juegos o tareas a desarrollar.
Pasados unos días y si el niño ya ha dado sus primeros pasos en la adaptación, el adulto permanecerá fuera del salón, en un lugar que el niño conozca. Situación que se repetirá hasta lograr que el niño despida a su mamá o papá sin llantos y que prefiera quedarse a jugar y compartir el tiempo con sus nuevos amigos.
Para los niños pequeños los cambios son muy movilizadores y por ello se realizarán de a uno por vez, ya que una buena experiencia de adaptación es algo que marcará el inicio de otras situaciones beneficiosas para el pequeño.
Es recomendable también, que en entrevistas previas todas las dudas de los padres así como la forma en que se llevará adelante el período de adaptación, algo esencial para todas las partes y en especial para el pequeño como una nueva experiencia de vida.
Foto Vía: wolvesparentpartnership