El papel de los abuelos es un pilar fundamental en la educación y el desarrollo afectivo de cualquier niño. Además de afecto y paz, proporcionan al pequeño una experiencia y una proyección de futuro que va más allá de la que le pueden ofrecer sus propios padres. El papel de los abuelos en la vida de un niño
Gracias a ellos el niño puede comprender mejor la generación de la vida y el paso de las edades. El contacto con los abuelos, e incluso con los bisabuelos, le hace entender que el mundo no se reduce tan sólo a ellos y a adultos de la edad de sus padres, así como conocer el mundo de la vejez de primera mano, con los valores que ésta conlleva. La relación que tienen sus padres con los abuelos le hará equipararla con la que él tiene con sus padres y sentir como todos forman parte del núcleo familiar y que participan de todas las celebraciones y momentos de relax, aunque ellos lleven una vida independiente a la suya, así como de actividades más cotidianas como el irle a buscar al colegio o darle de comer, pero en ningún caso deben ser considerados como los suplentes de los padres cuando éstos están ocupados.
Los abuelos deben tener especial cuidado de no interferir en la educación de sus nietos y aceptar las responsabilidades de sus padres, puesto que con cierta frecuencia tienden a pretender suplir los valores educativos que cada padre ofrece a sus hijos, por considerar que no lo están haciendo adecuadamente, con lo que se llega a una situación de enfrentamiento entre ambos que no es nada positiva para ningún miembro de la familia, incluidos los niños.
Otro de los papeles fundamentales de los abuelos es servir de conexión entre toda la familia. Reunirse con sus tíos o tías y sus primos o primas, le hará comprender la relación que existe entre ellos y sus padres y ayudarles a entender cual va a ser la evolución de ellos con sus propios hermanos y padres en un futuro.
Vivir con los abuelos
Algunos niños son criados de una manera total por sus abuelos debido a diversas razones, ya sea por problemas económicos por parte de los padres que no pueden hacerse cargo de ellos, por abandono de alguno de ellos, por enfermedad o muerte, por hábitos tóxicos o incluso por encarcelamiento. En cualquier de estos casos las circunstancias por las que el pequeños debe irse a vivir con sus abuelos conllevan un elemento dramático que puede incidir negativamente en la educación del niño. Y aquí es cuando la serenidad y el equilibrio psíquico de los abuelos debe ponerse más que nunca de manifiesto.
En estos casos especiales se ha discutido sobre si la relación que tiene que existir entre los abuelos y los nietos debe sustituir a la de los padres, pero lo cierto es que lo más adecuado es actuar como son cada uno de ellos sin llegar a preocuparse demasiado si deben hacerlo como padres o como abuelos y proyectar sobre sus nietos sus vivencias afectivas y emocionales, mirando siempre hacia el futuro.