Para conseguir disfrutar de un embarazo tranquilo y sin sobresaltos ni molestias tan sólo será necesario seguir una serie de recomendaciones que nos harán vivir plenamente esta preciosa experiencia.
Corregir el estreñimiento y la pesadez abdominal
Debido a la presión del feto y a que el movimiento de los intestinos decrece durante el embarazo para facilitar la absorción de los nutrientes, es muy probable que durante esta etapa se produzca un estreñimiento mayor de lo habitual. Para poder recuperar la regularidad se aconseja tomar una taza de copos de avena con algo de fruta ácida como fresas, naranjas, uvas o kiwi durante el desayuno, ya que la avena contiene más fibra y más calcio e hierro que los cereales de trigo, consiguiendo así aumentar la masa fecal y activar los movimientos de los intestinos.
Según va avanzando el embarazo es normal que aumente la pesadez en la zona abdominal. Para que no se sobrecargue el estómago, es importante intentar no hacer comidas pesadas y repartirlas a lo largo del día más frecuentemente de igual manera que es recomendable tomar una infusión con flores de azahar después de comer o de melisa. Si la pesadez se siente en las piernas nada mejor que beber una infusión de escaramujo, ya que la vitamina C de este fruto ayuda a prevenir la aparición de las temidas varices, aligerar las piernas y combatir el sangrado de encías, algo típico de las mujeres embarazadas.
Prevenir la anemia y proteger los huesos
En el último tramo del embarazo es normal que se sufra de anemia, algo que se puede prevenir ingiriendo carne roja y cualquier tipo de moluscos un par de veces por semana. También es importante añadir a las ensaladas que se consuman, brotes de soja o algo de alfalfa, que aparte de ser ricas en hierro, ayudan a mejorar la digestión además de contener una gran cantidad de ácido fólico, vitamina, ésta última, que previene la aparición de malformaciones importantes en el feto.
Para favorecer el crecimiento del bebé y a la vez proteger nuestros huesos, es importante consumir una ración extra de lácteos a diario. Tomar un yogur con miel reforzará nuestras defensas y si se consume antes de acostarnos, también evitaremos los molestos calambres nocturnos.
Incluir el yodo en las dietas de las mujeres embarazadas resulta de gran importancia tanto para la salud de la madre como del bebé, ya que la falta de éste puede provocar hipertensión, partos prematuros, fatiga o incluso retrasos en el crecimiento y en el desarrollo del crecimiento del feto. Con utilizar un poco de sal enriquecida con yodo y con comer marisco o pescado cuatro veces a la semana, conseguiremos resolver este problema.
Evitar ganar más peso de lo normal durante el embarazo
Los médicos especialistas recomiendan no aumentar más de 11 kilos durante todo el embarazo. Para ello es imprescindible reducir el consumo de los azúcares que se encuentran en los dulces como flanes o natillas y en los productos de repostería, así como las grasas saturadas típicas de los embutidos, de los lácteos enteros o de las partes más grasas de las carnes.