Los chupos y teteros tienen constante contacto con la boca del pequeño y por eso mismo deben tener un proceso de limpieza muy riguroso para evitar que se contraigan enfermedades por proliferación de bacterias. Los bebés siempre están en condiciones favorables para adquirir cualquier tipo de virus o enfermedad y pueden llegar a contraerla por medio de la alimentación, más exactamente de sus utensilios e implementos como los biberones, los cubiertos y hasta de los chupos. Así que todo se reduce a la correcta preparación de los alimentos y también de una higiene y limpieza perfecta de todo lo que el bebe lleva a su boca cuando come.
Para nadie es un secreto que ellos aman llevar todo lo que cogen a su boca pero así mismo debe ser de determinados materiales y diseños que puedan ser lavables, fáciles de manejar e incluso de esterilizar frecuentemente. No se trata solo de un hábito, se puede considerar casi una obligación por parte de los padres en que cada objeto sea lavado y que de alguna manera, todos los agentes infecciosos sean retirados. Todo parte por la sencilla razón de que los bebes aún no tienen su sistema inmunitario suficientemente desarrollado y es probable que por acción de las bacterias, se desarrollen enfermedades intestinales o estomacales acompañadas de vomito, fiebre y pocas ganas de comer.
Los métodos son sencillos y se reducen al calor o el frio excesivo los cuales disolverán o harán que rápidamente las baterías se vayan.Lo primero que hay que hacer es lavar las manos antes de manipular cualquier objeto del bebé, pues en las manos de los adultos también se refugian la mayoría de bacterias que se llevan y distribuyen rápidamente. La enfermedad más común que se presenta por no lavar las manos o los alimentos es la salmonella. No hay que mezclar el lavado de los artículos del bebe con el resto de la limpieza de la casa, pues los químicos a usar y los productos para limpiar son totalmente diferentes y algunos pueden llegar a ser tóxicos para el pequeño.
Antes de esterilizar, hay que lavar cada utensilio con agua caliente preferiblemente, con esponja par quitar cualquier residuo de saliva o comida y sobre todo de leche que al descomponerse genera más bacterias. Al final se lavan todos los objetos con agua a temperatura normal. Al esterilizar el material de cada producto como el chupo o el tetero tienden a deformarse, en este caso el látex, y al tener contacto con el calor se opaca.
Por último, la limpieza debe seguirse teniendo fuera de casa y tratar de buscar los medios para que la esterilización se siga manteniendo. Cuando el proceso se lleva a cabo adecuadamente, un chupo puede durar perfectamente de unas 6 a 7 horas sin necesidad de que se esté lavando continuamente o que almacene gran cantidad de microorganismos.