Eduard Estivill es un médico especializado en Neurofisiología y Pediatría, quien se ha inspirado en las dificultades que muchos padres plantean a la hora de dar de comer a sus hijos, creando un método que lleva su nombre y que brinda pautas y rutinas para ayudar a los padres en esta tarea que puede transformarse en problemática y sumamente desgastante si no se cuenta con algo de ayuda profesional.
Muchos niños son problemáticos a la hora de comer ya sea porque solo aceptan pocos tipos de alimentos negándose a experimentar nuevos sabores y comidas o porque comienzan a jugar con la comida y a la larga no ingieren la cantidad suficiente de alimentos para un crecimiento saludable.
El doctor Estivill, ha creado este método para aplicarlo en niños a partir de los seis meses de edad, con la salvedad que debe tratarse de niños que no padezcan de trastornos de salud o de tipo funcional como por ejemplo que no saben masticar o tragar adecuadamente, como tampoco debe realizarse con niños que acaban de pasar una experiencia traumática o estresante y aquellos que por otro motivo padecen de una pérdida de peso constante, extremo éste que deberá ser tratado de forma específica por el pediatra.
Se trata de un método sencillo que se basa en una serie de pautas pre-establecidas y rutinas que serán exitosas si el adulto muestra una actitud paciente, firme y constante.
En primer lugar es necesario destacar que según Estivill las rutinas son importantes para los niños ya que a través de ellas logran mayor seguridad y aprenden a seguir determinadas costumbres con mayor facilidad. Establecer horarios y un lugar fijo para realizar cada comida es indispensable, igual que marcar ciertos comportamientos previos como lavarse las manos antes de comer.
Otro de los principios a seguir es no hacer que el niño se siente a la mesa si la comida no se encuentra lista para servir ya que los pequeños tienen tendencia a aburrirse y esto le genera cansancio quitándole el apetito. Si s trata de un niño pequeño será necesario ayudarlo llevando la comida a la boca, pero si ya tiene más de dos años él deberá hacerlo solo a pesar que pueda llevarle más tiempo, teniendo la precaución de servir los alimentos cortados en trozos pequeños.
Cuando un niño rechaza la comida y acto seguido se niega a comer no debe insistirse y el adulto continuará comiendo sin prestar atención al niño, para luego de pasado un tiempo prudencial insistir en que coma, pero sin regañarlo.
Si luego de unas cuantas veces de hacer esto sigue sin comer, retirar el plato y dejar que se retire de la mesa y vaya a jugar, sin hablar más del tema. Pasados unos minutos puede intentarse que se siente nuevamente a comer pero si sigue negándose no debe insistirse más y tendrá que esperar hasta la siguiente comida, pero sin comer dulces, ni zumos ni refrescos en el ínterin.
Mantenerse firme, no darle de comer hasta la siguiente comida como por ejemplo hasta la hora de la merienda. No gritarle ni enfadarse adoptando la indiferencia será la mejor estrategia, que puede que no funcione la primera vez, sobre todo cuando el pequeño ha adoptado esta conducta durante mucho tiempo, pero con paciencia se podrá cambiar sus hábitos con relación a la comida.
Por otra parte, en cuanto comience a tener hambre y comprenda que solo podrá comer en los horarios establecidos en la familia y que además deberá comer aquello que se sirve, cambiará su actitud y comenzará a alimentarse de forma correcta.
Foto Vía: buzzle