Actualmente existe tanta información acerca de la alimentación en general, que ni los adultos saben como llevar una dieta sana y equilibrada. Pero no es necesario graduarse en nutrición para criar niños sanos, basta con seguir algunas recomendaciones básicas para fomentar la correcta alimentación y un peso saludable. 1. Los padres deben ser quienes controlan el abastecimiento de la comida. Son los adultos quienes deciden que alimentos se compran para alimentar a la familia, así como en que momentos se van a servir. Es recurrente que los niños atosiguen a sus padres para que les dejen comer lo que desean, que usualmente son alimentos escasamente nutritivos, pero son los adultos quienes deben tener la responsabilidad y la firmeza para tomar la decisión correcta. De hecho los niños no se quedarán con hambre si no hay lo que les apetece comer, sino que seguramente comerán lo que haya en su plato por más que no sea su alimento preferido. Igualmente pueden tener la libertar de comer de vez en cuando esas golosinas y comidas poco nutritivas que les encantan.
2. Entre los alimentos que se piensan preparar, se debe dejar a los hijos elegir que es lo que desean comer. Por más que los niños no elijan que alimentos se compran, algunas veces pueden participar en la elección de la comida, de manera que se puede pedir la opinión de ellos si se está en un debate acerca de que alimentos preparar. De esta manera el niño estará «eligiendo» sus alimentos, pero siempre dentro de un rango previamente seleccionado por los padres, por lo que tomará paulatinamente el gusto por aquellos alimentos.
3. No se debe utilizar la máxima de «dejar el plato limpio», se debe permitir que el niño acabe su comida cuando sacie su apetito. Muchos adultos de hoy en día fueron educados bajo ese lema erróneo, pero la realidad es que si se los obliga a comer de esa manera nunca aprenderán a saber cuando han comido suficiente, propiciando futuros problemas de nutrición y peso. Si un niño aprende a reconocer la sensación de saciedad y a reaccionar correctamente ante ella, es menos probable que tome el hábito de ingerir alimentos en exceso.
4. Se debe empezar la incorporación de un amplio abanico de alimentos a una temprana edad. Esto se debe a que los alimentos que incluya en su dieta serán posiblemente los que seleccione el resto de su vida. Es posible que sea necesario darle a un niño varias veces a probar un alimento antes que lo acepte en su dieta, ya que el gusto o desagrado por la comida es algo que está en pleno desarrollo. No se debe forzar a un niño a comer algo que no quiere, sino que se puede optar por agregar algunos bocados de vez en cuando en las comidas hasta que incorpore el alimento en su dieta.
5. Se deben renovar los menús infantiles cuando se está fuera de casa. Es importante, cuando se opta por salir a comer, dejar que el niño pruebe platos nuevos a su elección, ya que esa experimentación puede aportar nuevas recetas saludables para incorporar en su alimentación cotidiana. Si no se desea tomar el riesgo de que elija algo que luego no quiera comer, se puede optar por darle bocados de lo que uno pida o bien se puede pedir una muestra del plato en el restaurante o una ración reducida.