Esta enfermedad que afecta a nuestro aparato digestivo en cualquiera de sus tramos, puede ser la causa de diversos síntomas dependiendo de la edad de la persona y de los alimentos que hayan ingerido. Aprender a combatirla está en nuestras manos y en la de nuestro médico.
Causas de la diarrea
Normalmente este estado de tipo transitorio e incómodo en nuestro organismo se debe a alguna intoxicación que ha sufrido éste por alguna bebida o comida que se pudiera encontrar en mal estado o incluso por algún tipo de medicamento que nos hayan recetado, sin olvidarnos de alguna situación que haya podido provocarnos estrés y que haya influido en nosotros más de lo normal. Por eso la mejor manera de combatirlo es alimentándose de una manera sana y equilibrada mientras dure este delicado proceso.
Un aumento de la frecuencia de las deposiciones de una persona que se encuentre sana, puede ser síntoma de sufrir una diarrea de tipo leve siempre que no dure más de dos o tres días, en cuyo caso es imprescindible acudir a la consulta del médico para evitar riesgos mayores ya que éstas podrían ser sintomas de enfermedades de tipo vascular o de algún tipo de medicamento que está resultando contraidicado a nuestro organismo.
Recomendación: una dieta astringente
Para conseguir reducir las molestias y la duración de la diarrea lo mejor es seguir un tipo de alimentación basada en la ingesta de arroces hervidos, bien con zanahorias o solos, que conseguirán evitar el reflejo gastrocólilco propio de este tipo de transtorno. Paulatinamente se irá añadiendo a la dieta algo de pollo o de pescado hervido junto con algo de jamón york y pan blanco para conseguir que el organismo se vaya adaptando a los nuevos alimentos. Antes de pasar a una alimentación normal también es aconsejable introducir yogures naturales y algo de carne a la plancha para ir comprobando la reacción de nuestro cuerpo ante estos ingredientes.
Por supuesto, durante el período que dure este tratamiento es necesario evitar cualquier alimento que contega fibra vegetal y que aumentarían nuestro volumen y movilidad intestinal que es todo lo contrario a lo que se busca en estos momentos. La leche, los fritos, las grasas, café, zumos de naranja y embutidos como el chorizo, también están contraidicados en este tipo de dieta pues lo único que conseguirían es irritar más la mucosa digestiva.
Muy importante es el consumo de una fórmula casera recomendada incluso por la Organización Mundial de la Salud, que consiste en tomarse cada 1 o 2 horas un vaso de una bebida preparada a base de media cucharadita de sal, dos cucharas soperas de azúcar, media cucharadita de bicarbonato y el zumo de medio limón todo ello mezclado en un litro de agua, para evitar la deshidratación propia de este tipo de transtorno intestinal.