Durante los nueve meses del embarazo se aconseja a la futura mamá que lleve una alimentación equilibrada, descanse la cantidad de horas adecuadas y realice actividad física controlada. Sin embargo, no debe olvidarse que durante todo ese tiempo la parte psíquica también juega un papel fundamental y debe cuidarse de la misma forma que el resto del cuerpo. Los nervios, angustia, causados en la mayoría de los casos por los cambios hormonales que trae aparejado el embarazo, hacen que la mujer se vuelva más susceptible y sensible. Tratar en lo posible de no estar estresada y relajarse es parte del cuidado que una futura madre debe tener en cuenta para llevar un embarazo saludable en todo sentido y por ello, dejar la prisa de lado es fundamental.
Cuando ese estado de estrés es demasiado intenso o también cuando se prolonga indefinidamente es un factor de riesgo que puede perjudicar tanto la salud de la mujer como la del bebé.
Se ha comprobado que los niveles altos de estrés durante el embarazo aumentan significativamente las posibilidades que el niño nazca con un peso bajo como también un mayor riesgo a tener un parto prematuro, sin contar que los nervios y los estados de estrés solo conducen a que la mujer se sienta mal y se vea a sí misma de una forma que no es la real.
Esto no debe traducirse como un cambio completo de vida, sino hacer pequeñas modificaciones para no permitir que el trabajo o los quehaceres diarios la lleven a un estrés difícil de controlar. Reducir el ritmo es necesario, lo mismo que aprender a relajarse.
Muchos especialistas recomiendan asistir a las clases pre-parto, que preparan a la mujer para ese momento con variadas técnicas de relajación y respiración que resultan de suma utilidad. La actividad física también cumple un rol importante para el cuerpo y para la mente, siendo la mejor forma de liberar tensiones y ansiedad.
Dentro de los tipos de gimnasia más recomendados se encuentran Pilates y Yoga existiendo otras que son diseñadas especialmente para embarazadas. La actividad física nunca debe ser demasiado intensa sino más bien controlada y puede comenzar a practicarse a partir del tercer mes de embarazo siempre con la aprobación del médico.
Tomarse momentos para escuchar música relajante, le hará bien a la madre y al bebé. Ir a un spa y realizar alguno de los tratamientos especiales para embarazadas no solo es una forma perfecta para relajarse sino que renueva el ánimo y el espíritu.
Pareja, amigos y familia están siempre dispuestos a ayudar en estas etapas especiales, es sólo pedir su colaboración para no fatigarse con demasiadas tareas ya que los esfuerzos desmedidos pueden causar problemas.
Siempre reponer fuerzas por medio de snacks saludables como frutas, gelatinas, nueces y no saltearse ninguna comida, ya que este mal hábito solo le traerá fatiga y cansancio además de mal humor.
Un baño de inmersión relajante, con hierbas aromáticas de romero o sales especiales es excelente para tener un buen descanso por la noche.
Por último, recordar siempre que el estrés pre-natal puede evitarse con pequeñas actitudes diarias, algo que beneficiará tanto a la madre como al bebé.
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