Las personas que son felices consiguen sus fuentes de energía propias con las que conseguir que todo les vaya mucho mejor. Descubre algunas claves para que la vida en familia con hijos pequeños resulte mucho más sencilla y para que todos en ella aprendan a ser más felices.
Expresar los sentimientos
Aunque todos los padres desean que el dolor, la ira y la tristeza de sus hijos desaparezcan solos, lo cierto es que no es tan sencillo. Es más, si estos sentimientos se ignoran, es muy probable que se vuelvan mucho más intensos por lo que hay que aceptarlos desde el instante en el que aparecen e intentar comprender el por qué se sienten así.
Acordarse de las experiencias propias también ayuda a entender mejor cómo se pueden sentir. Hay que hacerles saber que se les comprende pero sin darles consejos. Cuando ya se hayan calmado habrá que encontrar la forma adecuada para que puedan expresar sus sentimientos.
Peleas entre hermanos
Aunque puede parecer que los hermanos se están peleando constantemente, lo mejor es no entrometerse en sus peleas y dejar que se las arreglen entre ellos. Todos aquellos niños que cuentan con la libertad de poder arreglar sus diferencias, logran aprender mucho antes a imponerse, a negociar con los demás y a hacer las paces.
Para ello el primer paso a seguir es permanecer fuera de su campo de visión, para evitar de esa manera las peleas que no son de verdad y en las que se pueden llegar a hacer daño simplemente para que el adulto intervenga.
En el caso de que sea siempre un hermano el que salga perdiendo, sí hay que actuar. Se debe hablar con el que sea más fuerte físicamente y explicarle que la fuerza debe utilizarla no para imponer su voluntad, sino para ayudar a los demás.
Como mínimo hora y media a la semana en exclusiva es lo que se aconseja dedicar a cada uno de los hijos. De esta manera se sentirán mucho más queridos y les aportará un gran equilibrio emocional.
Hay que confiar en las facultades de los hijos
Hay que pensar con mucho cuidado si es completamente necesario decir la palabra “no”, ya que si no es así, es mejor que el niño haga las cosas por sí mismo. Esta regla sin duda aportará mucha paz en la vida de la familia además de que los padres se sorprenderán de lo bien que se arreglan los hijos solos.
Regalar recuerdos
La vida se compone de recuerdos y por eso no hay nada más bonito que en una fecha señalada, como por ejemplo los cumpleaños, se les escriba una carta a los hijos contando los acontecimientos más importantes que han sucedido en el último año, sus progresos, etc.
Cuando cumplan los 18 años se pueden encuadernar todas las cartas como si fuera un libro y tendrán un maravilloso recuerdo para toda la vida.